El rostro de la misericordia / Daniel Conway
Forme su conciencia para elegir el menor de dos males
En una entrevista reciente a su regreso a Roma de su peregrinación a Asia, al Papa Francisco le hicieron la siguiente pregunta:
Con las elecciones estadounidenses a la vuelta de la esquina, ¿qué consejo le daría a un votante católico que se enfrenta a un candidato que apoya la interrupción del embarazo y a otro que quiere deportar a 11 millones de inmigrantes?
A lo que el Papa Francisco respondió: “Ambos están en contra de la vida, tanto el que expulsa a los inmigrantes, como el que mata a los niños. Ambos están en contra de la vida. No puedo decidirme; no soy estadounidense y no me toca votar allí. Pero que quede claro: negar a los inmigrantes la capacidad de trabajar y recibir cobijo es un pecado y grave.”
“El Antiguo Testamento—prosiguió el Santo Padre—habla repetidamente del huérfano, la viuda y el extranjero o migrante. Estos son los tres grupos por los que debe velar Israel. No atender a los inmigrantes es un pecado, un pecado contra la vida y la humanidad.”
La difícil situación de los migrantes y refugiados es una de las principales preocupaciones del papa Francisco. En cada oportunidad que tiene, nos recuerda a los católicos, y a todas las personas de buena voluntad, que la indiferencia ante las necesidades de los migrantes es «un pecado contra la vida y la humanidad».
“Celebré la misa en la frontera, cerca de la diócesis de El Paso [Texas]”—comentó el Sumo Pontífice—. “Había allí muchos zapatos de emigrantes que encontraron en ese lugar un final nefasto. Hoy en día, existe un flujo migratorio dentro de Centroamérica, y muchas veces se los trata como esclavos porque la gente se aprovecha de la situación. La migración es un derecho que ya estaba presente en las Sagradas Escrituras y en el Antiguo Testamento. El extranjero, el huérfano y la viuda: no lo olviden. Eso es lo que pienso de los migrantes.”
Seguidamente, el Santo Padre se refirió al grave pecado del aborto. “La ciencia dice que al mes de la concepción ya están presentes todos los órganos de un ser humano. Todo. Abortar es matar a un ser humano. Les guste o no la palabra, se trata de un asesinato.”
“La Iglesia no es cerrada de mente porque prohíba el aborto; la Iglesia prohíbe el aborto porque es matar. Es un asesinato; ¡es un asesinato!”
Ambos temas tienen graves implicaciones morales.
Como expresó el Papa Francisco durante la entrevista: “Tenemos que ser claros al respecto: echar a los emigrantes, no dejarlos progresar, impedirles llevar una vida normal, es algo malo, es crueldad. Sacar a un niño del vientre de la madre es un asesinato porque hay vida. Y debemos hablar claramente de estas cosas. “No, pero es que …” No. No hay justificación. Ambas cosas están claras. El huérfano, el forastero y la viuda. No lo olviden.”
Así pues, ante la disyuntiva de elegir entre un candidato presidencial que amenaza con deportar a millones de inmigrantes y otro que apoya con ahínco el aborto como opción, ¿qué se supone que deben hacer los ciudadanos fieles? ¿Qué opciones moralmente responsables tienen en las próximas elecciones los católicos y las personas que comparten nuestras convicciones morales?
El Papa Francisco insiste en que no votar no es una opción. Debemos participar en el proceso político o estaremos renunciando a nuestros derechos y responsabilidades como ciudadanos y como personas de fe.
“En el ámbito de la moral política, normalmente se dice que no votar está mal visto, que no es bueno,” comenta el Santo Padre. “Hay que votar. Y hay que elegir el menor de los males. ¿Cuál es ese? ¿Esa señora o ese señor? No lo sé; cada uno debe pensar y decidir según se lo dicte su conciencia.”
¿Cómo podemos elegir el menor de estos dos males? Primero debemos rezar para tener sabiduría, para tener la capacidad de comprender lo que está en juego.
A continuación, debemos evaluar quiénes son los candidatos y qué representan. Esto implica mucho más que simplemente escuchar lo que dicen en sus discursos de campaña. Los candidatos dicen con demasiada frecuencia una cosa y hacen otra. Por eso es importante tener en cuenta las posiciones y acciones pasadas, para evaluar al candidato en su totalidad y no simplemente como se muestra en este momento.
Por último, debemos tomar una decisión. Debemos confiar en que si nuestra conciencia está bien formada, y si actuamos movidos por una auténtica preocupación por el bien común, en lugar de por una visión restringida o por prejuicios, tomaremos una decisión informada y responsable.
(Daniel Conway es integrante del comité editorial de The Criterion.) †