September 18, 2015

Alégrense en el Señor

La corresponsabilidad de la creación nos llama a la conversión y la acción

Archbishop Joseph W. Tobin

A lo largo de las semanas anteriores he estado reflexionando sobre la nueva encíclica del papa Francisco, titulada “Laudato Si’ ” (Alabado seas). En su carta, el Santo Padre se basa en las enseñanzas de sus predecesores (especialmente de San Juan Pablo II y del Papa Emérito Benedicto XVI) y nos llama a la conversión de mente y de corazón en cuanto a nuestra actitud frente al medioambiente. Asimismo, nos desafía a actuar de formas que sean ecológicas y que conlleven el compromiso de solucionar los problemas de la sociedad humana.

Si ha prestado atención a la cobertura de los medios de comunicación, sabrá que “Laudato Si’ ” es una encíclica controversial. En muchos sentidos, representa una declaración profética que con toda seguridad hará que de una forma u otra todos se sientan incómodos. El Papa insiste en que “un verdadero planteo ecológico se convierte siempre en un planteo social, que debe integrar la justicia en las discusiones sobre el ambiente, para escuchar tanto el clamor de la tierra como el clamor de los pobres” (#49).

Si bien se trata de una declaración profética que encierra muchos desafíos para tomar en cuenta, “Laudato Si’ ” es también un canto de esperanza y alegría inspirado en el Cántico de las criaturas escrito por San Francisco de Asís como himno de alabanza del Señor de toda la creación. “Alabado seas, mi Señor,/con todas tus criaturas,/especialmente el hermano sol,/por quien nos das el día y nos iluminas./Y es bello y radiante con gran esplendor,/de ti, Altísimo, lleva significación” (#87). Nuestro mundo enfrenta grandes desafíos sociales, políticos, económicos y medioambientales, y el Papa nos dice que, en realidad, se trata de una sola crisis de “ecología integral” (#137).

“No somos Dios” (#67), nos dice el Santo Padre. La Tierra que habitamos no nos pertenece; nosotros pertenecemos a la Tierra. Tal como se nos recuerda vívidamente el Miércoles de Ceniza: somos polvo. Provenimos del polvo de la Tierra y cada uno de nosotros volverá a convertirse en polvo algún día. Mientras tanto, estamos llamados a ser administradores de todos los obsequios de Dios y este cambio de perspectiva fundamental (de dueños a administradores) lo transforma todo.

El dominio sobre toda la creación que le ha sido entregado a la humanidad (refiérase al Libro del Génesis 1:28) no debe ser ejercido como una forma de dominación, sino más bien como el tipo de cuidado reverente, el cultivo y la poda amorosa que un jardinero sensible le dispensa a su jardín. “Un mundo frágil, con un ser humano a quien Dios le confía su cuidado, interpela nuestra inteligencia para reconocer cómo deberíamos orientar, cultivar y limitar nuestro poder” (#78), nos dice el Papa.

¿Qué podemos hacer usted y yo? Estamos llamados a la conversión para ver con nuevos ojos y corazones abiertos; también se nos desafía a actuar de modo distinto. ¿Cómo podemos hacerlo?

La fórmula clásica, empleada por los obispos católicos de Indiana en la carta pastoral titulada Pobreza en la Encrucijada: la respuesta de la Iglesia ante la pobreza en Indiana, es “ver, juzgar, actuar.”

Primero que nada, debemos ver a la creación de Dios, nuestro hogar común, desde una perspectiva distinta. Esto requiere de oración (para aquellos de nosotros que seamos religiosos) y meditación en cuanto a las maravillas del mundo que nos han sido entregadas en calidad de administradores. Seguidamente, debemos tomar decisiones en cuestiones que no siempre están claras y en las que las personas de buena voluntad tendrán desacuerdos. Por último, debemos actuar.

Como administradores de toda la creación de Dios debemos modificar la forma en que vivimos. Debemos proponer y defender nuevas leyes y normas en nuestras comunidades locales, nacionales y en todo el mundo, que respondan tanto al “clamor de la Tierra” como al “clamor de los pobres.” El cambio no es algo que nos resulte fácil. Es por ello que “Laudato Si’ ” es una declaración profética, así como un cántico de alabanza lleno de esperanza.

He aquí algunas de las cosas que el papa Francisco espera que su nueva encíclica fomente:

  • Estilos de vida más sencillos, saludables y menos dependientes de los recursos materiales.
  • Un nuevo contrato entre la humanidad y el medioambiente basado en la administración responsable de toda la creación de Dios.
  • Un renovado sentido de la condición sagrada de las cosas que usamos a diario y que muy a menudo damos por sentadas.
  • Una transformación profunda de las leyes y normas sociales relativas al medioambiente y a la atención de los pobres y los integrantes más vulnerables de nuestra sociedad.

“Laudato Si’ ” es un llamado a la conversión y a la acción, pero también es una oración sincera y sentida. Así que con María y todos los santos, rezamos:

Señor Uno y Trino, comunidad preciosa de amor infinito,
enséñanos a contemplarte
en la belleza del universo,
donde todo nos habla de ti.
Despierta nuestra alabanza y nuestra gratitud
por cada ser que has creado.
Danos la gracia de sentirnos íntimamente unidos
con todo lo que existe.

Alabado seas. Amén. †

 
Traducido por: Daniela Guanipa

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