Buscando la
Cara del Señor
En pos de nuestra visión para el futuro de la Iglesia Local
La semana pasada escribí acerca de la necesidad de llevar la misión de Cristo hacia iel futuro. Esta semana les ofrezco un bosquejo de las prioridades que guiarán nuestra misión de evangelización por los próximos cinco años.
Estas prioridades han sido extraídas de nuestro plan estratégico más reciente que fue desarrollado en conjunto con muchas personas de diversos ámbitos en toda la arquidiócesis. La implementación de las siguientes prioridades determina nuestra visión y nuestros objetivos.
La primera prioridad es hacer énfasis en la evangelización y la dimensión multicultural de nuestra misión en todas las secretarías y agencias arquidiocesanas, es decir, en cada aspecto de llevar a cabo nuestra misión conjunta.
Somos una comunidad de diversas herencias étnicas y con procedencias culturales muy ricas.
La evangelización, la proclamación del Evangelio de Cristo, es la esencia de lo que hacemos como Iglesia, comenzando con la propia evangelización.
Segundo, todos los grupos y ámbitos de consulta para el desarrollo de nuestro plan estratégico identificaron el reclutamiento vocacional como su primera prioridad específica.
Debemos transformar esta prioridad en algo convencional en nuestros programas catequísticos y debemos continuar destacando las vocaciones religiosas en nuestro programa de ministerios para jóvenes.
Se dará un nuevo énfasis al lugar de honor que ocupa nuestro incipiente ministerio de jóvenes adultos y los programas de ministerio en las universidades. Hasta ahora, esta área no ha experimentado mucho desarrollo. Durante la Cuaresma tuvimos un día de discernimiento vocacional al sacerdocio. Once jóvenes adultos se inscribieron.
El programa misionero para universidades, FOCUS, es un movimiento laico muy efectivo en los campus e institutos universitarios de todo el país, que posee una trayectoria reconocida en el desarrollo de las vocaciones al sacerdocio y a la vida religiosa consagrada. Estaremos lanzando una iniciativa especial del ministerio universitario, así como también el programa FOCUS en el campus de Indianápolis de Indiana University-Purdue University, a finales del verano.
El Seminario Universitario Obispo Simón Bruté se ha desempeñado positivamente en un corto tiempo. En el otoño tendremos una ocupación completa. Ya enfrentamos la necesidad de realizar algunas remodelaciones para ofrecer más viviendas. El seminario universitario ha sido muy efectivo en revivir la cultura de las vocaciones, especialmente la vocación al sacerdocio, en el ámbito de las escuelas secundarias.
Durante la pasada temporada de Adviento, patrocinamos un día para la reflexión sobre el sacerdocio para los estudiantes del penúltimo y último año. Asistieron veintitrés hombres jóvenes. Resulta evidente que debemos diseñar y desarrollar un programa para recaudar fondos para el Seminario Obispo Bruté.
La respuesta a nuestro programa Called by Name (Llamado por su nombre) de nuestras parroquias ha sido gratificante. Se presentaron más de 400 nombres de hombres y mujeres jóvenes. Auspiciaremos varias cenas para los candidatos en toda la arquidiócesis.
Tercero, al igual que la evangelización, la misión de la caridad es prácticamente todo lo que hacemos. Nuestra atención se concentra en tres objetivos principales.
Propongo que nuestra educación y nuestra misión catequística en el corazón de la ciudad de Indianápolis, así como en otros lugares, sea un medio importante para ofrecer “cuidados preventivos,” es decir, una forma para romper el ciclo de la pobreza. Para poder lograr este objetivo, debemos afianzar nuestra misión en las escuelas académicas católicas Madre Theodore.
Desde el punto de vista de los “cuidados urgentes” debemos lograr la estabilidad de nuestro nuevo y ampliado Albergue Sagrada Familia (Holy Family Shelter), que se encuentra ahora en construcción.
Asimismo, continuando con la óptica de “cuidados urgentes,” destacaremos nuestro proyecto Spreading Hope in Neighborhoods Everywhere (SHINE, Diseminando la Esperanza en todos los Barrios). Se trata de una iniciativa especial, patrocinada por las Caridades Católicas que se emprenderá en el otoño.
La cuarta área de prioridad tiene que ver con el fomento de la misión. Se sobreentiende que si queremos llevar a cabo nuestra misión de evangelización y el ministerio de la caridad, necesitamos una estructura de apoyo para generar los recursos necesarios para lograrlos.
La culminación de dos campañas importantes para recaudar capital y donaciones nos ofrece la oportunidad de reestructurar las secretarías de mayordomía y desarrollo. Nos encontramos en una nueva encrucijada y estamos estudiando cómo proseguir.
Los esfuerzos para el desarrollo de nuestra misión incluyen la renovación de nuestra Reunión Anual que brinda apoyo a nuestros ministerios compartidos. En este sentido, la meta consiste en promover aún más la mayordomía como estilo de vida. También deseamos diseñar una importante iniciativa de donación planificada, en conjunto con nuestras parroquias.
Cerca de 14.000 voluntarios nos ayudaron en nuestra más reciente y exitosa campaña Legado de nuestra Misión: para los niños y el futuro. Deseamos ampliar las oportunidades para que nuestros voluntarios continúen ofreciendo su valioso tiempo y sus talentos para nuestra misión.
No es de sorprender que la quinta prioridad sea procurar nuevas fuentes de financiación. Nuestra arquidiócesis realiza importantes aportes como buenos ciudadanos, dentro de nuestra circunscripción. Deseamos renovar y expandir nuestras relaciones con las comunidades corporativas y profesionales. Esto supone la identificación de líderes comunitarios que nos ayuden.
Estamos conscientes de las crecientes necesidades de nuestras parroquias, especialmente aquellas que dan apoyo a escuelas católicas.
Por último, queremos proveer para nuestros sacerdotes retirados. El fondo de jubilación debe crecer.
Al igual que nuestros fundadores, la Madre Theodore Guérin y el Siervo de Dios, el Obispo Simón Bruté, depositamos nuestra confianza en la Divina Providencia e iremos en pos de nuestra visión para el futuro de nuestra Iglesia Local.
Podemos hacerlo. †